Nuestro nombre propio, y el de nuestros compañeros es uno de nuestros primeros contactos con el mundo de las letras que tenemos en clase. Reconocerlos y comenzar a escribirlos es algo fundamental porque nos permite saber de quién es un juguete o el desayuno, una ficha perdida o el libro de matemáticas,... Trabajamos por lo tanto de funcionalidad de la escritura, y su necesidad.
Para facilitarles la labor en el rincón de la biblioteca tienen estos libros. Los niños están divididos por equipos, y la inicial de cada nombre la hemos escrito en rojo para que aprendan por dónde tienen que empezar a leer y escribir.
Más adelante, en el rectángulo inferior, pondrán empezar a copiar las letras de los nombres con rotuladores para pizarra blanca.
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