Todas las mañanas en la asamblea despertamos el cuerpo, y una de las partes que nunca olvidamos es la cara y la boca. De este modo ayudamos a los niños a mejorar la articulación de todos los fonemas y prevenimos posibles disfunciones del lenguaje oral que posteriormente repercute en el escrito. En casa también lo podéis reforzar, especialmente con los niños que tienen mayores dificultades en este área.
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