"Hace muchos años, cuando el mago del parque era pequeño, escuchó la historia de una brujo malvado que quiso castigar a un buen caballero haciéndole un encantamiento.
Lo condenó a vivir encerrado dentro del tronco de un árbol, convirtiéndolo en madera.
El pequeño, al escuchar esta historia, sintió mucha pena por el caballero y prometió encontrarlo.
En cuanto veía un árbol se acercaba a abrazarlo y, en un susurro, le preguntaba si ahí estaba el caballero. ¡Pero solo le respondían las mariquitas que pasaban el invierno entre las grietas de la corteza diciéndole que allí no había ningún caballero hechizado, solo estaban ellas!
Como es lógico, la familia del pequeñín se extrañaba de su costumbre de abrazar a los árboles. ¡Solo quería jugar en lugares llenos de árboles!
Así pasaron los años, el pequeño se convirtió en un hombre...¡que mantenía la ilusión de encontrar algún día al caballero hechizado!
Los años siguieron pasando y el hombre se iba haciendo más mayor, hasta
que hace unos meses, el viento le susurró que en un parque llamado Gasset se encontraba su caballero..."
Ésta es la historia que se inventó mi compañera Rosario para visitar a Francisco Ortega, un artista jubilado que está tallando en un Olmo seco del parque a Don Quijote y a Sancho.
Francisco Ortega, no dudó ni un segundo en seguirnos el juego cuando los niños y niñas de mi clase y la de Rosario fueron acompañados por Arcoiris, Silvana y Burbuja.
Atentamente nos mostró su trabajo, presentándonos los materiales con los que trabajaba y su técnica.
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