Como siempre, empezamos a especular sobre lo que habría dentro... hasta que alguno se dio cuenta de que había unas letras...
Detrás de esa tarjetita había unas instrucciones numeradas:
1. Poner algodón húmedo en un vaso.
2. Acostar las semillas.
3. Ponerlas en un lugar soleado.
4. Esperar...
Cuando abrimos el saquito nos llevamos una gran chasco... ¡no eran semillas... eran lentejas!
¡De ahí sólo puede salir un chorizo y nos las comemos con caldito!
Pero, por si acaso, preparamos todos los utensilios y nos salimos a nuestro patio para plantar en algodón nuestras "semillas mágicas".
¿Qué pasaría?... no teníamos ninguna esperanza.
Sin embargo a los pocos días... empezó a salir la raíz y luego el tallo... ¡sí que eran semillas!
Así escenificamos una poesía que me gusta mucho y que llevo enseñando desde que empecé en este oficio.
"Historia de una Planta"
Oculta en el corazón de una pequeña semilla
una planta, en profunda paz dormía.
-Despierta- le dijo el Sol.
-Despierta- dijo la Lluvia fría.
La planta oyó la llamada
quiso ver lo que ocurría.
Se puso su vestido verde
y estiró el cuerpo hacía arriba.
De toda planta que nace,
esta es la historia sencilla.
Vivenciamos, de esta manera lo que le ha ocurrido a nuestra lentejita.
Y aquí tenéis a mi jardín... no hay flores, soles y lluvias frías, más bonitas que éstas.
Gracias a nuestras semillas, hemos observado cómo crecen las plantas, por dónde comen,y sus partes. Por eso hoy ya se han llevado sus plantitas a casa... Iban tan orgullosos.
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