Hoy lo hemos comprobado.
Primero hemos pensado si sería verdad, los niños han levantado la mano los que creían que sí y los que creían que no. Luego hemos echado agua en un vaso transparente y la hemos teñido de azul. Hemos repetido el proceso con el color amarillo...
¡Ya teníamos a nuestros protagonistas!
Ahora a contar el cuento y cuando se daban el abrazo... hemos echado un poco de azul y otro de amarillo en otro vaso y ... cha-chán...
Ahora lo íbamos a hacer todos individualmente, y como nos encanta pringarnos, lo hemos hecho con las manos.
¡Pequeños Azules y Pequeños Amarillos!...
Y éstos son los materiales empleados, por si en casa o en otro cole os animáis... Ya os digo que ¡éxito seguro!
Se ve que se lo pasaron fenomenal ji ji Eso de embadurnar las manos es muy divertido y si además de ahí sale magia .... ya ni te cuento. ¡Genial, Prado! Un beso.
ResponderEliminarJajajajajaja, qué caritas de alucionados! La "magia" está en ellos. Un saludo.
ResponderEliminar¡Cómo les gusta esa actividad! Seguro que ya no lo olvidan.
ResponderEliminarUn besote, compi.
Es verdad, disfrutaron de todo el proceso... y sus caritas lo dicen todo. Un beso a las tres.
ResponderEliminarMe encanta la cara de satisfacción que han puesto al realizar el experimento. Enhorabuena por la actividad.
ResponderEliminar¡Gracias Feli!
ResponderEliminar¡Qué chulo Prado! Y mucho mejor pintarles las manos con rodillo, se gasta menos pintura y se tarda menos. Y qué forma tan genial de experimentarlo individualmente, me ha encantado todo :)
ResponderEliminarGracias, Laura... Y sí, me gusta que lo experimenten individualmente, en estas edades es fundamental... ¡con la dificuldad de que son 30 individualidades! Pero ya se van ejercitando en el arte de la paciencia, no nos queda más remedio. Un besote.
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